jueves, 14 de mayo de 2015

Cantíles de Titulcia






Mañana fresca y húmeda de bicicleta por los cantiles de Titulcia






Se trata de un lugar de gran belleza y por el que puedes pedalear admirando las paredes llenas de cuevas utilizadas como refugio, almacén, viviendas, lugar de tiro, etc, restos de Guerra Civil, mientras avanzas sin darte cuenta.






Puedes disfrutar de las paredes y más tarde de las vistas desde arriba. Para ello tienes que ascender, una parte bastante inclinada, pero que andando con la bici se hace bien.





Alcanzado el punto más alto, empiezas a bajar con cortos rompepiernas, y, por último una larga bajada hasta Soto Bayona, tal y como fue denominada Titulcia unos largos años, hasta recuperar el nombre original romano, localizado en un alto.




Me acerco a la orilla de los cantiles cogiendo altura, y por fin el momento deseado.






Toca seguir la senda que discurre cercana a la caída, disfrutando de la panorámica, sin separar la vista de las paredes al fondo, y donde te puedes distraer con todo tipo de formaciones.

Me separo de la senda por cumplir horarios, y camino de reincorporarme al camino de ida, me encuentro con esa alambrada que ya me hacía pensar que me traería problemas; Pero, voy en bici, no con más de 200 kg. Así que paso la bici por encima y encuentro un lugar por donde arrastrarme y pasar.






Más adelante, tomo una variante que me conduce a una profundísima  V que jamás he bajado y subido con bici. La subida desde el otro lado me parece cansadísima empujando la bici o con ella a cuestas. Sin ninguna duda me doy media vuelta y vuelvo por donde vine.

Aquella subida fuerte que tranquilamente me quité del medio a la ida, ahora es una divertida bajada con zanjas y piedras que me hacen pasar un rato entretenido y ver las ventajas de la horquilla, asiento con tija telescópica y discos en la bici.





domingo, 3 de mayo de 2015

sábado, 2 de mayo de 2015

Quincuagenarios bicilindricos

Hoy nos hemos juntado tres quincageniarios, dos más cerca de convertirse en sexagenarios que el que escribe con los cincuenta cumplidos no hace mucho.






La ruta era lo de menos salvo que fuera para conocerse, es decir, que nada de pasos para liarla, pues había personas nuevas y motos nuevas: esas trail de más de 200 kg,






El recorrido se tenía que dar por hecho, archiconocido, facilón, y que permitiera parar a empezar a charlar, compartir cacahuetes, agua, mucha agua - café ni de coña, pues mío solo mío - pasas, nueces y no recuerdo que otras chuches había por las mochilas..





Y por otro lado, había que conocer para qué narices valen estas motrancas pesadas en campo frente a unas camperas de 100 kg,, o a unas alejadas en potencia, y postura RR.








Así que si por ahí no lo ves, media vuelta y ya nos vas contando como sientes la moto, su peso, y esos neumáticos de RR por los caminos, si es que lo permite tanta bici b twin, caminante con zapatillas, ropa técnica, bastones de montaña Quechua, y los cientos de coches cargados de familias y jovencitos enamorados. ¡Que agobio!





Mal si te sales del guión y se te ocurre decir que vamos a bajar hasta allí por allá y alguien o algo se va al suelo:





Y es que "Gallo viejo con pico mata", y de forma sutil te dicen los abuelos que te has pasado de la ralla.


Comida en terracita y vuelta para casa.


Espero veros de nuevo, Javieres.