miércoles, 24 de septiembre de 2014

Ruido diario de la Ciudad

Pero ¡ qué ruido soportamos día a día en la ciudad sin ningún dolor! O si, no se.




Cambios en mi vida me ha llevado a montar en bici en un día laboral pasadas las ocho de la mañana.





El placer de rodar sin el casco pesado y cerrado de la moto, sin la vibraciones de la moto y el  ritmo de los pedales choca con el constante ruído del rodar de vehículos, trenes, y pitos de las diarias caravanas.


Voy atravesando parque tras parque para ir abandonando la Gran Ciudad, pero más de lo mismo: jardineros con sus pick up, motosierras, y demás aparatos, y si no contrata que ha levantado el camino para meter bajo tierra sábete qué.





Hoy, alcanzado el final del Parque del Manzanares, me decido a seguir las señales del camino de Uclés, que me gustaría hacer completo algún día.




Pegado al farallón, por fin encuentro silencio durante un buen trecho, hasta que termina y se deja ver ya Rivas y los centros comerciales. Sólo algún Ave enturbia algo el rato.




Por aquí puedes disfrutar o no, según lo tomes, de los restos de la Batalla del Jarama y otras tantas; No creo que por mucho que pases por aqui no te de por pensar en la de muertos que debió haber aquí hace ya camino de un siglo.





Hoy me preguntaba cómo llevarían los apostados en este lugar el barro botijero pegado en sus botas tratando de moverse de un sitio a otro pegando tiros; Porque el de hoy, sin ser "nada", pringaba bien en un buen tramo,  por lo que he luchado para no bajar mis tristes zapatillas de los pedales.





Parece que no pero sí madruga mucha gente, si. A estas horas ya terminaban muchos sus faenas en sus huertas y maizales, y regresaban a motor o en bici allá de donde procedieran




Curioso rincón por sus piedras de cuarzo. Me he cogido unas cuantas para adorno, si Ella lo permite, claro está.





Y este es el color que nos espera para los dos próximos meses, que habrá que aprovechar buscando los mejores rincones más cercanos a casa para ir a disfrutarlos..., Sin Ruido, espero.





 

domingo, 21 de septiembre de 2014

Empiezo con frailes de piedra y termino donde vivieron los de verdad

"¿Dónde vas?" "Busco un cañón con unas torres de piedra" "¡Los Frailes, como los de Cuenca, pero aquí!; Tienes que bajar al pueblo y coger el camino, pero, ¿esta moto es para el monte? ¡Porque es camino y hay un rato!"




Exagente forestal que volvía al pueblo a las ocho y media de la mañana leyendo su libro de filosofía que estudió en la escuela.




Los Frailes, la profundidad del cañón, la hora, la señal de la profundidad del pantano cuando está lleno, con los corrales inundados, cuevas y camino, hacen del lugar de lo más misterioso.












Subo a un alto para disfrutar de la panorámica. Encuentro el lugar desde el que ver por dónde me he metido y aprovecho para quitarme la ropa que me sobra ahora pero que vino de lujo por la mañana para alcanzar, por autovía, el lugar por donde he rodado.





Ciento veintiséis kms sobre esta zona que se puede ver en esta foto:






... que sumados a los cien de ida y vuelta hacen unos 335 km, y que se han realizado en un 80 % por carreteras, carreteruchas, y algunos caminos, logrando en una ocasión unir pantano con pueblo por tierra.






A ver si me acerco a la ermita de esa lengua del pantano en alguna ocasión.





Apartado y recogido lugar. La carretera de las deprestar atención y esquivar "bujeros" perfectos para descolgarte un riñón.




Tras saludar al pescador del Mercedes sigo por la ruinosa carretera.




Tranquilo ritmo hasta el próximo punto.





Una Central Nuclear





"Tetas de Viana, muchos las ven pero pocos las maman", refrán que hace referencia a que este accidente geográfico, señal de La Alcarria, y que se ve pero pocos suben a disfrutar de la panorámica.






Por el momento yo recupero fuerzas frente a las Gemelas.






Tomo el café en la cafetería al pie de estos saltos de agua del río Cifuentes y me dirijo al penúltimo lugar que había previsto





Y que se halla escondido dentro de este paisaje:




¡Que carretera!








Lástima de estas cosas que se repiten haya donde vayas. Codicia.









Yo entro, y agradezco desde aqui a quienes me han dejado entrar a ver los muros que quedan.












Me vuelvo sin visitar el último lugar por Tiempo. ¿Dónde comprarlo?

martes, 9 de septiembre de 2014

Superluna

He llegado pelín tarde para ver salir la luna: nueve menos cuarto como me ha recordado en varias ocasiones y repetidamente Don Jesús Arnaiz. Sin embargo, al subir el cerro no veía la luna y tras la media vuelta en el camino que he elegido y era erróneo, me la encuentro frente a mi saliendo al fondo, amarilla, tras una bruma que impidió verla antes.






Al llegar arriba, lo primero que he hecho ha sido tirar de prismáticos.




A mi izquierda un grupo de gente, y tres o cuatro con cámaras con objetivos grandes, y a mi derecha una pareja con trípode y buen objetivo.





La cámara que llevo no vale para estas cosas, pero me pongo con ella para dejar recuerdo de esta tarde noche.





Saco el trípode y me tiro a lanzar 74 disparos, probando y jugando con la luz, distancias, color, etc, pero la luna sigue su camino y va perdiendo tamaño, que no brillo.






Aparecen dos grupos de corredores, con sus frontales que les da una luz para seguir el camino que me deja "bocas", como Manolo con sus luces de bici la tarde de bici con la preciosa ruedas gordas de Carlos.






Esto es Madrid. Aqui hay gente para todo, más o menos, y actividades a todas horas: ya te puedes sentir todo lo lobo solitario, o rarito que quieras que no, no hay un pez más grande, sino muchos, que no tienen nada, pero nada de pereza para hacer lo que sea a la hora que sea.






Me meto en el cuerpo la cena que me había preparado a toda prisa y termino el rato con los prismáticos, observando el enorme brillo de la luna.






Hasta Tu vuelta.