domingo, 23 de junio de 2013

Mañanas de verano


Pronto empezarán a cosechar. Frente al verdor de hace dos semanas que predominaba en el campo hoy olía a trigo, cebada, y en algún rincón a humedad todavía y que con el calor, en parado, era de agradecer y un choque.

 


Hoy era el día de acabar una ruta que tenía preparada sobre G Earth y de la que faltaban unos kms que al final han salido  más como consecuencia de una valla que guarda una finca de esas de admirar por lo cuidado.



Caminos claros, caminos que había que adivinar, de terreno fácil y algo predregoso



Bosque con zonas encañonadas y altos desde los que divisar la gran depresión del Tajo.

 


 


 




Y zonas más abiertas, curiosas de verdad, en donde he tenido que darme la vuelta ante un sendero marcado creo que para bici por el que he caminado un rato para ver si podía colarme o no, pero, donde he reculado con todo el dolor del mundo por si en algún lugar me veía obligado a tener que dar la vuelta a la moto sin poder.


Quisiera volver acompañado para hacerlo, porque es muy divertido y si al final se sale de ese agujero con la moto tiene que ser una satisfacción tras recorrer tan ratonero sendero.



Esta zona en invierno será fea, fea, pero en primavera por el verde y ahora por los dorados son un lujo para la vista.


¡Ojo con el barruzo en invierno, y ojo ahora con el apoyo de la rueda delantera sobre tanta paja! ¡No puede uno confiarse! Por cierto, a ver si cambio la rueda delantera que estoy estirando para cambiar las dos al mismo tiempo.





El Tajo.


Y a buscar el final de la ruta por esta pista que, si bien a su izquierda el paisaje no anima, a su derecha el regadío refresca y el verde se mantiene en la distancia de la vega.



Una agradable sorpresa para la vista: el trabajo de la erosión.




domingo, 9 de junio de 2013

Ritmillo

Durante la semana pasada,  sentía ganas de salir con la moto con la intención de probar el hombro, y pensé en acompañar a los chicos de las "Brunetadas", siempre con un ritmo más ligero, de forma constante, que lo que llevo haciendo últimamente y más con la tendinitis.


 

Me interesaba la constancia, estar el máximo tiempo siguiendo al grupo y ver cómo funcionaba el hombro, así como ver al día siguiente si molestaba o no.




Sin embargo, al levantarme, me asomo a la ventana y el cielo anda muy, muy gris, y hacia el norte más, y teniendo en cuenta el pronóstico del tiempo me decido a no arriesgarme a calarme lejos de casa y en todo caso que me ocurra lo más cerca de ella.



 
Así que me voy a mi camino más cercano, sin demasiada ilusión por ese cielo y algo de viento que no consigue más que hacerme pensar "me voy a calar"




Metido en "el fregao" empiezo a calentar el cuerpo; Los primeros baches, roderas, arenilla, taludes, etc, me animan; ¡Y el tiempo no va a peor, al contrario!



 
Disfruto de los colores.




Y dejo el repetitivo y agradable "track" para jugar por caminos desconocidos.



 
 Camino arriba, camino abajo, más amplio o menos, buenas pendientes.

 

 
Algún costerón con piedra suelta. El hombro aguanta: el ritmo es más elevado que semanas atrás y no dudo en bajar, subir, cruzar, sortear y dar media vuelta.




Contento con ello, me paro a tomar un café.



 
Si, no en un bar: ...




... al aire; Uno, amigo del campo, de sus actuales colores ¡y olores!
Continuo mi marcha, y alcanzo un buen ritmo, de disfrutar, a pesar de ir solo. Hacía tiempo.
 
 
 

Y al bajar el valle recuerdo el camino ese de allí, de lo juguetón que marcha paralelo a la valla



 
Y a por él me lanzo




¡Que divertido!

 


Y lo justo para desembocar a pocos kms de la A III y a tiro de piedra de casa.

 


Tengo fines de semana ocupados ya. Espero ya en julio hacer algo ya distinto y dormir al raso.





martes, 4 de junio de 2013

Nos faltó una hora más.

A Manolo he de agradecerle el favor de traer a Madrid el coche de mis padres desde donde estuvimos, y que se quedó allí guardado con motivo de una caída que les impidió conducir de vuelta a la Capital del Reino.
Aprovechando nos llevamos la Beta para dar una vuelta por aquellos lares y hacer compañía a la solitaria y anciana Montesita 309 que de nuevo a la segunda patada arrancó, manteniéndose en marcha como si de un vehículo con 22 horas de vida y no de 22 años se tratara.






Así pues, nos pusimos en marcha para hacer una ruta que creo que es adecuada para alguien que no ha probado este tipo de motos anteriormente. Empieza por un camino ancho para atravesar un bosque, cruzar el collado que separa ambas zonas, otra con senderos, subida en la que entretenerse con piedras y costeronas si vas a pasar el rato en eso y disfrute de una de la buenas vistas que he disfrutado en mi vida. Luego vuelta.





Manolo, andaluz en su forma de expresarse iba grabando ( a saber qué saldrá :-) )y habría tenido que grabarse su propias conversaciones y las tenidas conmigo. No me parecía de verdad que fueran a ser complicadas las cosas, pero, he de reconocer que me entusiasmó verle disfrutar y descubrir.






Al fondo, Ese Lugar para mi ansiado; No podíamos darnos la paliza que nos dimos para no llegar allí arriba, y a pesar de la noche de Manolo.





A jugar un poco ...






... y unas tomas con el Moncayo al fondo, más ...


 






... alguna otra del Lugar.

A ver si repetimos con un poco más de tiempo. Yo volveré pues he de descubrir una zona cercana que he localizado a través de fotos.